domingo, 20 de diciembre de 2015

CÁNCER DE HÍGADO

El cáncer de hígado es una enfermedad por la cual se forman células malignas o cancerosas en los tejidos del hígado. El cáncer de hígado puede o bien originarse en el hígado (cáncer hepático primario) o comenzar en otro lugar y posteriormente extenderse a este órgano (cáncer de hígado metastático).





Qué es

El cáncer de hígado es una enfermedad por la cual se forman células malignas o cancerosas en los tejidos del hígado. El cáncer de hígado puede o bien originarse en el hígado (cáncer hepático primario) o comenzar en otro lugar y posteriormente extenderse a este órgano (cáncer de hígado metastático).
El hígado es el órgano de mayor tamaño dentro del cuerpo y entre sus funciones más importantes se encuentran las siguientes:
  • Filtrar sustancias dañinas en la sangre para que puedan ser transportadas desde el cuerpo hasta la materia fecal y la orina.
     
  • Producir bilis para ayudar a la digestión de las grasas de los alimentos.
     
  • Almacenar el azúcar que el cuerpo usa para obtener energía.

Causas

Entre los principales factores de riesgo a la hora de contraer este tipo de cáncer destacan la hepatitis B y la hepatitis C, el consumo de grandes cantidades de alcohol, padecer cirrosis, hemocromatosis,obesidad o diabetes. Sin embargo, solo se entiende parcialmente la manera exacta en que estos factores pueden influir en que las células normales se vuelvan cancerosas.
Los cánceres se originan cuando el ácido desoxirribonucleico o ADN de una célula está dañado. El ADN es el químico de cada una de las células que conforma los genes. Además de acumular información sobre el aspecto físico, los genes contienen instrucciones sobre cómo funcionan, cuándo crecen, se dividen y mueren las células. Los oncogenes son los genes que controlan su crecimiento y división, y los genes supresores de tumores, los que desaceleran la división celular o causan que las células mueran en el momento oportuno. El cáncer puede estar causado por cambios en el ADN que activan a los oncogenes o desactivan a los genes supresores de tumores.
Se sabe que ciertos químicos causan el cáncer de hígado al dañar el ADN de las células del hígado, como por ejemplo las aflatoxinas, organismos producidos por pequeñas concentraciones de hongos. También se cree que el virus de la hepatitis puede dañar el ADN al portar instrucciones sobre cómo infectar a las células y producir más virus, aunque los científicos todavía no saben precisar exactamente cómo se produce la infección.
En definitiva, el cáncer de hígado tiene muchas causas diferentes y existen una gran variedad de genes implicados en su formación y desarrollo. Una mejor comprensión de cómo se desarrollan los cánceres de hígado contribuirá al hallazgo de mejores formas de prevención y tratamiento de esta enfermedad.

Síntomas

Es posible que el paciente no presente síntomas hasta que el cáncer esté ya avanzado, lo que dificulta en gran medida el tratamiento. Algunos de los signos más comunes de esta enfermedad, según el Instituto Nacional del Cáncer son los siguientes:
  • Notar una masa dura en el costado derecho justo debajo de la cavidad torácica.
     
  • Sensación de malestar en la parte superior y derecha del abdomen.
     
  • Hinchazón en el abdomen.
     
  • Sentir dolor en la zona cercana al omóplato derecho o en la espalda.
     
  • Manifestar ictericia o color amarillento de la piel
     
  • Facilidad para presentar moretones o de sangrado.
     
  • Cansancio o debilidad fuera de lo común.
     
  • Náuseas y vómitos frecuentes.
     
  • Pérdida del apetito o sensación de llenura tras comer una porción pequeña.
     
  • Pérdida de peso sin razón aparente.
     
  • Evaluación intestinal pálida, calcárea y orina oscura.
     
  • Fiebre.

Prevención

A pesar de que no se sepa con absoluta precisión las causas exactas de esta enfermedad, según laAmerican Cancer Society sí pueden tomarse una serie de medidas para combatir los factores de riesgo más comunes.

Evitar infección de hepatitis B y hepatitis C

Al ser la infección con el virus de la hepatitis B y la hepatits C la causa más frecuente de esta enfermedad, la principal forma de prevenir su aparición es adoptando las medidas más importantes para evitar contraer hepatitis. Entre estas destacan la vacunación de hepatitis B, evitar el intercambio de agujas y la adopción de prácticas sexuales seguras.

Limitar consumo de alcohol y tabaco

La cirrosis es otro de los factores de riesgo que eleva las posibilidades de padecer cáncer de hígado y, además de la hepatitis B o C, el principal factor que causa la cirrosis es el alcoholismo. Beber con moderación podría reducir el riesgo de padecer este tipo de cáncer al ser la cirrosis uno de los factores de riesgo más repetidos. Por el mismo motivo, reducir el consumo de tabaco podría disminuir la posibilidad de presentar cáncer de hígado.

Llevar a cabo una dieta saludable

La prevención de la obesidad a través de la adopción de hábitos saludables como el seguimiento de una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio podrían evitar el desarrollo de cáncer.

Limitar la exposición a químicos que causan cáncer

Aunque la mayoría de países desarrollados cuentan con reglamentos y organismos para proteger a los consumidores de ciertos químicos como las aflatoxinas o el arsénico que se sabe que son potenciadores del cáncer, todavía hay países en las que estos químicos pueden presentarse en ciertos alimentos o en el agua potable.

Tratamiento de enfermedades que aumentan el riesgo a contraer cáncer de hígado

Aunque muchas enfermedades que incrementan el riesgo de padecer este tipo de cáncer, como la cirrosis hepática, son hereditarias y por ello la prevención es muy limitada, el detectar y tratar a tiempo estas patologías podría disminuir el riesgo a desarrollar un cáncer de hígado.

Tipos

La mayoría de las veces que se detecta cáncer de hígado el origen del cáncer no es el hígado sino otra zona del cuerpo como el páncreas, el colon, el estómago, la mama o el pulmón. Sin embargo, a estos tumores se les trata según el lugar primario, donde se originaron.
Los dos tipos más frecuentes de cáncer primario de hígado son:
  • Carcinoma hepatocelular:
Es el tipo más común de cáncer primario de hígado en adultos y la tercera causa de muerte por cáncer en todo el mundo, según el Instituto Nacional del Cáncer. Este tipo de cáncer primario de hígado, a veces llamado hepatoma, sigue distintos patrones de crecimiento. Algunos se originan como un tumor sencillo que se va desarrollando y solo en estadios avanzados se propaga a otras partes del hígado. Otros comienzan no como un solo tumor, sino con muchas manchas pequeñas a través del hígado.
  • Colangiocarcinoma o cáncer de conducto biliar:
Estos cánceres comienzan en las células que cubren los conductos biliares pequeños, aquellos que llevan la bilis a la vesícula biliar, y conforman del 10 al 20 por ciento de los cánceres originados en el hígado, tal y como recoge la American Cancer Society.

Diagnóstico

Normalmente resulta difícil descubrir el cáncer en sus etapas iniciales debido a que los signos y síntomas no se manifiestan hasta que la enfermedad se encuentra en sus estadios más avanzados. Por otro lado, los tumores pequeños de hígado son difíciles de detectar mediante un examen físico, pues las costillas derechas cubren la mayor parte de este órgano. El resultado es que la mayoría de los cánceres de hígado se diagnostican en sus etapas más avanzadas. Sin embargo, las personas que tienen un alto riesgo de padecer esta enfermedad, como aquellos con hepatitis B, hepatitis C o cirrosis, pueden someterse a pruebas de forma frecuente para iniciar el tratamiento lo antes posible.
El primer paso para diagnosticar esta enfermedad será un cuestionario por parte del médico para determinar los factores de riesgo y obtener la mayor información posible sobre los síntomas que presente el paciente. A continuación, el especialista le realizará un examen físico para detectar signos de cáncer de hígado deteniéndose en el abdomen, la piel y el globo ocular del paciente. Si el especialista considera que existe algún riesgo de que el paciente sufra cáncer de hígado, le mandará una serie de pruebas para diagnosticar de forma más precisa el problema y determinar el tratamiento idóneo para el tipo de cáncer que presente.
Algunas de las pruebas más frecuentes y eficaces son:
  • Ecografía: Es el primer estudio que suele emplear el especialista para la examinación del hígado. Consiste en el uso de ondas sonoras para crear una imagen en una pantalla de vídeo que muestre los tumores que puedan estar creciendo en el hígado.
     
  • Estudios por imágenes: Obtención de imágenes del interior del cuerpo mediante la utilización de rayos X, campos magnéticos u ondas sonoras.
     
  • Tomografía computarizada (TC): Estudio de radiografía que produce imágenes transversales detalladas del cuerpo. Puede proporcionar información precisa sobre el tamaño, forma y posición de cualquier tumor que se encuentre en el hígado o en cualquier lugar del abdomen.
     
  • Imágenes por resonancia magnética(MRI): Imágenes obtenidas por resonancia magnética mediante ondas de radio e imanes potentes que proveen información detallada sobre los tejidos blancos del cuerpo.
     
  • Angiografía: Estudio radiológico para examinar los vasos sanguíneos en el que se inyecta un medio de contraste en una arteria para delinear los vasos sanguíneos mientras se toman las radiografías. Esta prueba puede usarse para mostrar las arterias que suministran sangre a un cáncer de hígado, lo que puede ayudar a decidir a los médicos a determinar el tratamiento.
     
  • Grammagrafía ósea: Esta prueba puede ayudar a detectar el cáncer que se ha propagado a los huesos (metástasis).

Tratamientos

Un paciente al que se le diagnostique cáncer de hígado tendrá varias opciones que dependerán del tipo  y la etapa en la que se encuentre el cáncer. Según la American Cancer Society, lo más recomendable es contar con el criterio conjunto de médicos especialistas en distintos campos como la cirugía, la oncologíagastroenterología.
Estos especialistas podrán ayudar al paciente a plantear su plan de tratamiento. Este tendrá que tener en cuenta, además de la etapa del cáncer y la salud del resto del hígado, los posibles efectos secundariosdel tratamiento, el estado de salud general, los cambios de la curación de la enfermedad, la extensión de la vida o el alivio de los síntomas. Según todos estos factores, el paciente y el equipo médico tendrán que elegir entre las siguientes opciones para el tratamiento:

Cirugía: La intervención quirúrgica, mediante extirpación del tumor o trasplante de hígado, es actualmente la única posibilidad razonable de eliminar un cáncer de hígado. Si la operación resulta exitosa, el paciente contará con el mejor pronóstico para superar la enfermedad.

Ablación del tumor: Esta opción consiste en la aplicación de distintos tratamientos que destruyen los tumores de hígado sin extirparlos. Esta técnica se emplea normalmente en pacientes que tienen tumores de tamaño reducido y que no contemplan la opción de operarse porque presentan un estado pobre de salud o tienen una función hepática limitada.

Embolización del tumorProcedimiento mediante el que se inyectan sustancias para tratar de bloquear o reducir el flujo de sangre a las células cancerosas en el hígado.

Radioterapia: Se basa en la utilización de rayos de alta energía para destruir las células cancerosas. Puede a veces utilizarse para reducir el tamaño de los tumores con el fin de aliviar síntomas como el dolor.

Terapia dirigida: Consiste en la prescripción de varios medicamentos distintos a los utilizados en quimioterapia, que están siendo recientemente desarrollados por los investigadores a medida que se van descubriendo los efectos que causa el cáncer en las células. Estos medicamentos entran en el torrente sanguíneo y alcanzan todas las áreas del cuerpo, provocando una gran diversidad de efectos secundarios.

Quimioterapia: Es el tratamiento mediante medicamentos que destruyen las células cancerosas. Estos, como los correspondientes a la terapia dirigida, se aplican de forma sintomática a través del torrente sanguíneo y alcanzan todas las áreas del cuerpo con el fin de que pueda ser útil contra el cáncer que se ha propagado a órganos distantes. Sin embargo, la quimioterapia no suele ser muy eficaz para combatir el cáncer de hígado, y presenta numerosos efectos secundarios.

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