Una de cada tres gafas de sol compradas en España y Sudamérica son adquiridas en tiendas de chinos, mercadillos, «top manta» o puntos de venta ambulante similares, lo que supone un riesgo para la salud ocular, ya que estas lentes no están reguladas y no aseguran protección.
Epidemia miope
Está claro que la genética no puede explicar esta condición por sí sola, y la teoría sostenida durante tanto tiempo de que era la lectura la que tenía la culpa también se ha descartado en estudios posteriores.
Se han hecho encuestas epidemiológicas a gran escala que han demostrado que son algunos aspectos específicos del estilo de vida moderno los que causan que la vista empeores y uno de los motivos más frecuentes son las denominadas: “GAFAS DE SOL DEL CHINO”.
El color oscuro de las gafas no está relacionado con la protección frente a los rayos UV, pues sólo disminuye la cantidad de luz que llega al ojo, lo que no significa que sea el filtro adecuado. «Cuando se usan gafas de sol sin protección ultravioleta, la pupila se dilata y los rayos UV pueden entrar sin barreras en el ojo, por eso es incluso más peligroso llevar unas lentes sin protección ultravioleta que no usarlas»,
En ocasiones, estas gafas de sol no homologadas pueden llevar una etiqueta que incite a pensar que contienen el certificado oficial de la CE, pero es importante tener claro que son un producto sanitario regulado y sólo las adquiridas en ópticas o centros autorizados garantizan su seguridad y calidad.
A corto plazo, el uso de lentes sin protección puede provocar enrojecimiento, irritación, lagrimeo, y una sensación molesta como si tuviéramos arena dentro de los ojos. En algunas ocasiones estas lentes han ocasionado ceguera eventual y permanente!!!… De hecho, es frecuente al sentir estas molestias pensar que son debidas el agua del mar o el cloro de la piscina, o bien, que la arena ha entrado en ellos causando malestar, pero la realidad es que la mayoría de las veces, los síntomas vienen dados porque el sol ha dañado nuestros ojos.
Correcta protección
La mayoría de las personas no perciben el daño, ya que la visión es correcta, pero a largo plazo la falta de protección puede producir graves lesiones oculares como cataratas, queratitis, y hasta enfermedades más severas que no tienen solución, como la ceguera.
Por eso, debemos acostumbrarnos a no salir de casa sin unas gafas de sol con Factor de Protección solar para los Ojos (E-SPF), un nuevo índice desarrollado por Essilor que certifica el nivel real de protección UV proporcionado por la lente, que debe ser al menos un E-SPF 25.
Para obtener la protección más adecuada, se recomienda visitar a un profesional de la Salud Visual de forma periódica, para que realice un asesoramiento personalizado en función de las necesidades de cada paciente.
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