Además de no aportarnos nutrientes, el azúcar blanco es rico en calorías vacías, que contribuyen al sobrepeso. Podemos sustituirlo por azúcar moreno, miel o estevia
¿Sabías que habitualmente estás comiendo 5 tipos de alimentos blancos que son muy perjudiciales para tu salud? La sal de mesa, el azúcar blanco, la leche de vaca, las harinas refinadas y la margarina.
En este artículo te explicamos porque son tan dañinos, así como algunas alternativas saludables para mejorar tu calidad de vida.
Sal de mesa
Generalmente nos referimos a la sal en general pero, sin embargo, es muy importante que podamos diferenciar que, igual que tenemos azúcar blanco y azúcar integral, también tenemos una sal refinada y una sal integral. La sal refinada se conoce habitualmente como sal de mesa y simplemente es cloruro de sodio procesado sin ningún nutriente más, y además suele contener aditivos como antiaglomerantes.
No sólo no es un alimento saludable sino que su consumo habitual puede dañar, a la larga, nuestra salud. En cambio, la sal integral contiene todas las vitaminas y minerales, ya que no ha sido refinada. La más conocida y barata es la sal marina, pero hay muchas otras (sal del Himalaya, sal celta, etc.)
Azúcar blanco
El azúcar blanco no nos aporta ningún nutriente y muchos nutricionistas lo consideran hoy en día un veneno. Contiene las llamadas calorías vacías, que además contribuyen al sobrepeso, son un factor de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2 y pueden dañar tus dientes. Además, el azúcar blanco acidifica nuestra sangre y nos desmineraliza, robándonos minerales como el calcio y dejando nuestros dientes y huesos cada vez más débiles.
Para no dejar de comer dulce podemos sustituirlo por el azúcar moreno, la miel, la panela, las melazas de cereales o los siropes naturales de fruta.
Leche de vaca
Hay muchos nutricionistas que desaconsejan su consumo más allá de los primeros meses de vida, debido a que nuestro cuerpo perdería la enzima lactasa, la cual nos permite digerir correctamente la lactosa. Hay otros que aseguran que nuestro cuerpo sólo está preparado para asimilar la leche materna, y no la de otros animales. Según esta teoría, gran parte de la población sería intolerante a la lactosa sin saberlo, ya que el consumo continuado de leche durante años provocaría que el cuerpo ya no mostrara signos evidentes de esta intolerancia.
A pesar de ser un alimento muy completo, carece de fibra, hierro y vitamina C.
Está relacionada con enfermedades como la acidez gástrica, las enfermedades inflamatorias, la anemia, las enfermedades cardiovasculares y el sobrepeso.
Hay estudios realizados según los cuales la leche aumenta el riesgo a padecer cáncer de próstata, ovarios y linfomas.
La alternativa más natural son las bebidas vegetales, elaboradas a partir de la avena, el arroz, la espelta, la almendra, etc. También existen leche sin lactosa y leches de otros animales, que resultan más digeribles y menos dañinas.
Harinas refinadas
Cada vez tenemos alimentos más refinados, pero debemos saber que todosaquellos cereales a los que se les ha quitado la fibra también ha perdido una gran cantidad de valores nutricionales.
Las harinas refinadas, al contrario que las integrales, empeoran el estreñimiento, aumentan la retención de líquidos, contribuyen al sobrepeso y además nos predisponen en mayor medida a padecer cáncer de colon, el cual necesita el consumo habitual de fibra para estar sano.
Incluimos también en este apartado no sólo los cereales y sus harinas, sino todos aquellos derivados que son tan habituales en nuestros menús diarios: pasta, pan, bollería, masas, bizcochos, etc.
Margarina
Mientras que la mantequilla es un alimento natural, procedente de las vacas y consumido a lo largo de la historia, la margarina es una creación artificial de las últimas décadas a base de aceites vegetales de dudosa calidad que han pasado varios procesos para obtener una textura sólida, para blanquear los aceites, para darle un color más amarillo, para darle sabor, para conservarla, etc. Además, cualquier vitamina que pueda llevar ha sido añadida también artificialmente.
La margarina es tan calórica o más que la mantequilla y contiene grasas trans, que son altamente dañinas para nuestro organismo, y se ha demostrado queelevan el riesgo de sufrir enfermedades coronarias. Aunque la margarina no debería contener colesterol por ser de origen vegetal, lo cierto es que estas grasas trans también causan un aumento del colesterol malo.
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