El envejecimiento de la piel es un proceso biológico que en algún momento de la vida todas las personas tienen que aceptar. Si bien hoy en día existen muchas técnicas para retrasar sus signos, lo cierto es que llegará un momento donde será inevitable su aparición.
Cuando este proceso se da en su forma natural, casi siempre se nota a partir de los 40 años con el desarrollo de pequeñas arrugas que poco a poco se irán haciendo más visibles. Esto ocurre por una disminución hormonal que compromete las células de la piel, así como la producción de colágeno y elastina.
Por otro lado, existe un tipo de envejecimiento que puede evitarse y aminorarse con más efectividad. Hablamos de aquel que se da de forma prematura como resultado de los malos hábitos de vida y otros factores externos que afectan la calidad de la piel.
Hemos de saber que absolutamente todos estamos expuestos de una u otra forma a sufrir estos daños tempranos en la piel.
Para reducir el riesgo, vale la pena seguir algunas recomendaciones y tratar de mejorar en general el estilo de vida.
1. Dormir bien
Dormir-bien
Durante las horas de sueño el organismo segrega varias sustancias que apoyan la regeneración celular para mantener la piel más joven y vital. Al no dormir se está obstruyendo esta actividad y a mediano y largo plazo se puede notar en el estado de la piel.
Dormir 7 o más horas al día, sin interrupciones, le permite al organismo repararse de forma adecuada, y hay un menor riesgo de desarrollar signos antiestéticos como las ojeras y las bolsas.
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2. Alimentación balanceada
La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y, por tanto, requiere de una nutrición especial para gozar de una salud óptima.
A través de una alimentación de buena calidad se le aportan compuestos antioxidantes, vitaminas, minerales y muchos otros nutrientes que participan en su restauración y que evitan el daño oxidativo causado por los radicales libres del ambiente.
En este sentido, la dieta debe estar basada en alimentos de alta calidad como:
Frutas.
Verduras.
Legumbres.
Ácidos grasos omega 3.
Frutos secos.
3. Protegerse del sol
Utilizar protector solar
Los rayos UV del sol son la principal causa del envejecimiento prematuro de la piel y muchas de las afecciones cutáneas.
Como en muchos momentos es inevitable estar alejado de ellos, es indispensable llevar siempre un bloqueador solar, así como sombreros, gorras y lentes, entre otros elementos que sirvan para protegerse.
Los daños que causa el sol en las capas superficiales y profundas de la piel no siempre se notan de inmediato, pero con el tiempo suelen ser bastante visibles. Además, está demostrado que también influye en el riesgo de cáncer de piel.
4. Hacer ejercicio regular
¡Así es! Además de ser un excelente hábito para mantenerse en forma, el ejercicio físico también apoya la regeneración de la piel y la ayuda a conservarse en perfectas condiciones durante más tiempo.
A través de esta práctica el organismo elimina diversas sustancias tóxicas que afectan su salud y que influyen en el desarrollo temprano del envejecimiento.
Sumado a esto, es la mejor forma de prevenir la flacidez, que es otro de los factores que propicia la aparición de arrugas.
5. No fumar
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Está comprobado que todas las personas que tienen la mala costumbre de fumar envejecen más rápido en comparación de aquellas que llevan un estilo de vida sano.
Los tóxicos del cigarrillo son absorbidos por varios órganos purificadores del cuerpo y van a parar a la sangre, afectando cada una de las células del cuerpo.
El resultado es un cuerpo más enfermo y una piel arrugada, con manchas y otros trastornos cutáneos que afectan la belleza.
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6. Cuidados estéticos
Por último, y no menos importante, es bueno realizarse con regularidad algunos tratamientos de belleza que permitan mejorar los resultados anteriores para garantizar una piel libre de impurezas e imperfecciones.
Los productos de uso externo nutren la piel y estimulan la reparación celular para disminuir y prevenir las arrugas y manchas.
Además, son apropiados para eliminar las células muertas, tonificar y brindar una hidratación profunda para conservar la firmeza de la piel.
¡Para tener en cuenta!
Reducir los signos del envejecimiento resulta más difícil que prevenirlos. Por eso, en lugar de esperar a que aparezcan, lo mejor es empezar a actuar antes para reducir el impacto negativo de los factores que los desarrollan.