Seguro has leído (y en más de una oportunidad) que cada persona es un mundo y por ello no somos iguales al resto en nuestros hábitos, dietas, estilo de vida, entre muchas cosas más. También habrás escuchado o leído que depende de cada uno la cantidad de horas que precisa dormir para estar realmente descansado y con las baterías recargadas. Entonces, ¿Cómo saber si necesito dormir más o si ya cumplí con la cantidad de horas estipuladas según mi edad, sexo o actividades diarias? Entérate de todo esto en este artículo.
Señales de que no estás durmiendo lo suficiente
Dormir más (o mejor) puede ser la diferencia entre tener un día maravilloso o uno para el olvido, entre sentirnos de buen humor o como una tormenta de truenos, entre cumplir con todas nuestras actividades o dejar varios pendientes…y muchas cosas más. Algo tan simple y esencial como el sueño puede cambiarnos por completo. A veces no nos damos cuenta de que nos faltan horas de descanso y por ello nos enfermamos, nos sentimos mal, nos faltan la fuerzas.
Presta atención a las señales que te da el cuerpo, nunca fallan. Tal vez estés sufriendo de insomnio o de algún tipo de trastorno relacionado al sueño y no te hayas dado cuenta. Es bueno saber si realmente tu sueño es reparador o si la cantidad de horas que descansas son las suficientes. Para saberlo, es importante reconocer los síntomas que te ayudan a indicar si deberías dormir más o no:
Tienes hambre a cada rato
Y no estamos hablando de un momento especial del mes en el caso de las mujeres, ni tampoco cuando nos ataca la ansiedad o las ganas de comer algo dulce. Sino que parece que sin importar lo que consumamos, nuestro estómago siempre está vacío. Esto puede deberse a que te falta dormir un poco, ya que el sueño es el encargado de equilibrar ciertas hormonas, sobre todo la serotonina y dopamina, que cambian bastante cuando descansamos.
Los que duermen poco aumentan su producción de ghrelina, un neurotransmisor que le avisa al cerebro que es hora de comer. Además, si te quedas hasta muy tarde por las noches, es más probable que tengas hambre o que abras la nevera. El cuerpo te pedirá hidratos de carbono para mantenerse en alerta (ya que no entiende que es hora de ir a la cama).
No puedes concentrarte
La nutrición es vital para la memoria y para la inteligencia, pero también el sueño es muy importante para que podamos concentrarnos, aprender, recordar, prestar atención, entre otras tareas más. Trata de comprender lo que te dice tu jefe un lunes por la mañana con la almohada pegada a la cara. Seguro que no puedes hacerlo. En cambio, si duermes lo suficiente, puedes no sólo prestar atención sino también recordar, trabajar en el tema y ofrecer buenas ideas.
Durante el sueño, nuestro cerebro aprovecha para reconstruir la memoria a largo plazo. Por eso es que los estudiantes deben dormir después de estudiar y no quedarse despiertos toda la noche. Si al tener el examen en frente piensas que no sabes nada aunque hayas estudiado, puede deberse a que te ha faltado dormir.
Te enfermas a menudo
El descanso está más que relacionado con el sistema inmune. Si padeces de gripe, catarros, dolores de garganta o resfriados todos los meses o sientes que nunca sanas completamente de una patología de este tipo (viral o bacterial), puede que te estén faltando horas de sueño. El cuerpo, mientras dormimos, produce más barreras que nos protegen de las enfermedades. Así es, ya que el descanso tiene efectos reparadores. Por esta razón, cuando tienes fiebre o te sientes mal, es probable que quieras dormir varias horas seguidas. Si a tu cuerpo le faltan horas de sueño, tendrá menos energía, presión más baja y más frío. Fortalece tus defensas durmiendo más cada noche y consumiendo más cantidad de vitaminas.
No puedes tomar decisiones
Muchos creen que este problema se debe a una falta de autoestima o autoconfianza y es cierto, pero también, como afirman en la Medicina Tradicional China, en el hígado viven los espíritus que nos permiten ser creativos e iluminados, es decir, que nos ayudan a tomar decisiones. Durante el día se notan en los ojos y en la noche, se pasean por nuestros sueños. Si maltratamos el hígado consumiendo alcohol o comidas muy grasosas, es difícil dormir como corresponde, por lo cuál, los espíritus no podrán trabajar correctamente. De a poco perderemos la capacidad para analizar situaciones y pensar con la cabeza fría. Más allá de la metáfora o la leyenda, lo cierto es que si no estamos lo suficientemente despiertos, no podremos tomar buenas decisiones.
Todo te cae mal
Nuevamente, no culpemos a las hormonas femeninas ni al exceso de trabajo. La falta de sueño nos pone de mal humor. Por algo será que a la mañana hay más gente con caras largas que felices en los medios de transporte o las oficinas, más allá de que prefieran quedarse en casa a trabajar. Varios estudios afirman que no dormir bien acarrea problemas emocionales como depresión, irritabilidad, cambios de humor, etc. Piensa en lo que ocurre con los bebés o niños pequeños. Cuando tienen sueño, no paran de llorar y están insoportables. Si estás atravesando días en que te peleas con todo el mundo, el problema eres tú. Por ende, duerme más y verás cómo tu humor mejora.
Tienes problemas íntimos
La falta de sueño trae como consecuencia una disminución en la libido o apetito sexual. Pero también, puede ocasionar disfunciones en los hombres. Si notas cambios en la frecuencia con que mantienes relaciones con tu pareja, si no hay nada que te haga pensar en una noche de placer y no existe afrodisíaco que surta efecto, quizás deberías dormir un poco más.
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